Lo siento estimada Isabel Fernandez, pero una vez más usted nos demuestra que el corazón de un ateo está lleno de odio y resentimiento, versus un corazón lleno de amor como el de un verdadero cristiano como J.Ferrer.
Saquen ustedes sus propias conclusiones.
Ah por último es más sano e inteligente estar errado y lleno de amor, que en la razón y con odio.La paz que da un corazón entregado a Dios no tiene precio, aunque para otros sea una falacia.
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